Hoy en día muchas parejas deciden separarse o divorciarse y optan por reconstruir sus vidas junto a otra persona. Cuando hay niños por medio, la cosa puede complicarse un poco. ¿Cómo viven ellos la presencia de esa nueva persona? ¿Cómo deben los padres tratar las distintas reacciones que pueden tener sus hijos ante esta nueva situación? ¿Cuál es la mejor manera de presentar la nueva pareja al niño? En definitiva, ¿cómo debemos hacer las cosas? Ante todo con mucha paciencia, cariño y comprensión.
Cada vez hay un mayor número de personas divorciadas que, con el paso del tiempo, vuelven a formar una nueva pareja. Si después de una separación, de mutuo acuerdo o no, ya resulta difícil empezar de nuevo, las cosas pueden complicarse aún más si uno de los miembros o ambos aportan hijos de la primera relación. Sin embargo, el hecho de que aparezcan ciertas dificultades para la readaptación de adultos y pequeños a la nueva estructura familiar no significa, necesariamente, que la presencia de los niños sea un factor negativo o perjudicial. Al contrario. Con frecuencia resulta beneficioso para los hijos que su padre o su madre encuentren una nueva pareja.
El papel del padrastro o la madrastra aparece en los cuentos infantiles como una figura perversa y conflictiva. En el caso de Cenicienta es la bruja malvada que quiere a su hijastra como criada y en el de Blancanieves es la rival consumida por los celos ante la belleza de la joven. La tipología de estos personajes no es del todo casual ya que los cuentos infantiles, como los mitos, responden a cierta realidad.
Debemos tener en cuenta que si ya es complejo, a veces, acceder a la maternidad o a la paternidad y tener una buena relación con los hijos propios, aún pueden darse más complicaciones para establecer una buena sintonía con un niño que tiene otros padres y una historia detrás. Por ello, nadie debe sentirse presionado a querer inmediatamente al hijo/a de la nueva pareja, del mismo modo que no hay que forzar a los pequeños a que acepten al nuevo cónyuge de su padre o madre desde el primer día, como si lo conocieran de toda la vida.
Para que estas nuevas relaciones y vínculos tengan un buen inicio y desarrollo se necesita una gran dosis de paciencia, comprensión y comunicación, así como un tiempo adecuado para que todas las partes puedan elaborar sus fantasías y temores. Sólo después de haber hecho un cierto recorrido podrán valorarse los efectos de la nueva situación.
Los mayores deben entender que, al principio, los niños pueden rechazar a la nueva figura, cuestionando sus atribuciones y la autoridad que se le pretende otorgar. Los niños, inconscientemente, perciben a la nueva pareja de sus padres como un rival o presunto sustituto. No hay que caer en la trampa de sus provocaciones ni presionarles para le acepten rápidamente.
Tampoco debe olvidarse que a los pequeños este cambio puede hacerles sufrir y les provoca cierta inseguridad ya que se confirma para ellos la pérdida de sus padres biológicos como pareja.
Es conveniente diferenciar los roles de cada uno de los implicados. No se trata de ponerse en el lugar del padre o la madre ya que nunca podrán ser del todo sustituidos. Es preferible tratar de potenciar y aceptar la relación con el progenitor que no vive con él, ya que tiene un lugar incuestionable dentro de su psiquismo.
Las decisiones más importantes sobre la educación del hijo deberían ser consensuadas por el padre y la madre aunque estén separados, lo que no excluye que se le deba hacer entender que ha de cumplir las normas de la nueva familia.
El niño debe poder elegir el tipo de relación que desea o puede mantener con la nueva pareja de su padre o madre. Por tanto, no hay que imponerle que le llame “papá” o “mamá”, ni criticarle si se dirige a él por su propio nombre.
Cuando los dos miembros de la pareja tienen hijos
En el caso de que ambos tengan hijos de su relación anterior pueden agudizarse aún más ciertas cuestiones con la aparición de la rivalidad entre ellos. Por tanto:
Hay que evitar obligar a que los niños se quieran o se conviertan en hermanos, es preferible que se vayan relacionando progresivamente y respetar sus sentimientos y opiniones.
Es normal que cada hijo tenga más confianza con su propio progenitor, por lo menos durante los primeros tiempos, y también es positivo que tengan ciertos momentos para compartir juntos.
Dejar que manifiesten sus celos y rabia en lugar de que traten de negarlos.
No será extraño escuchar lamentos y quejas de ser discriminados o peor tratados que el otro hijo. Los niños que conviven con sus padres y sus nuevas parejas suelen poner más de manifiesto esta situación familiar, sobre todo en momentos de desacuerdo y enfado. De entrada, no subestiméis nunca sus quejas y escuchad atentamente sus motivos. Es importante que los niños sepan que sus demandas son atendidas, pues en esos momentos se sienten emocionalmente heridos. De este modo, percibirán que tienen un lugar específico en el nuevo esquema familiar, independientemente de las medidas que se tomen respecto a sus quejas.
En cualquier caso, siempre debe tenerse en cuenta la realidad de los niños ya que son las personas más frágiles de todo este entramado y, si bien para los adultos encontrar un nuevo compañero/a supone la posibilidad de rehacer su vida de pareja, para ellos implica un cambio importante y no siempre fácil de asumir.
Lourdes Mantilla Fernández
Psicóloga clínica
Con la autorización de: www.solohijos.com
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8, abril, 2008 at 9:38 pm
hola tengo 27 años y una hija ala que amo con locura.Ella tiene 9 añitos y ahora tengo la tercera relacion y espero que la ultima.intento hacerlo bien todo como puedo y es muy complicado,el padre aparece cuando quiere y yo como ella quiere verle voy a llevarsela de vez en cuando.Mi 2ºpareja viene todas las semanas un dia desde hace dos años que me separe,y ahora hace 10 meses tengo una nueva pareja estable supongo que lo lleva medio bien ,pues hablo mucho con ella pero tengo miedo a que en el futuro sea insegura
17, octubre, 2010 at 6:59 pm
hola quisiera deja mi comentario me parecio intersante lo que se plantea en esta web, mi caso sucedio hace poco me separe de mi mujer despues de convivir 2 años con ella (mi ex)yo tengo un hijo de mi anterior relacion de 6 años mi hijo y si bien no vivia con nosotros pasaba los fines de semana en casa con mi ex pareja y sus 2 hijas , lo malo de todo esto es que mi ex mujer nunca acepto ami hijo, no se por que ella siempre me decia que le agradaba mi hijo , pero jamas le prestaba atencion , nunca me preguntaba nada de el y era muy evidente su malestar cada vez que el estaba en casa, y mi hijo solo tiene 6 añitos … a veces lo miraba de mala forma, la convivencia con sus hijas era exelente jamas hubo un mal entendido con sus hijas que son adorables, pero mi ex mujer nunca acepto a mi hijo.. eso desencadeno en un sin finde peleas haste que me fui de su lado.. no pude bancarme mas esa situacion, yo a ella la amo y amo a sus hijas pero solo pedia que acepten a mi hijo no se que opinan uds…
20, enero, 2011 at 9:53 pm
logico que esta bien, es muy dificil y triste que a tu hijo no lo acepten o vean en el cosas distintas que en otros niños….habla bien de ti que le des el lugar que corresponde a tu hijo…cuando uno ama a una persona que tiene hijos hace intentos por tambien intentar por lo menos tener una relacion de respeto con los hijos de esa persona amada….es injusto que no los intentos de ser una familia sea solo de una parte ya que tu si aceptas a sus hijas….animo y las cosas pasan por algo….no olvides jamas que el unico amor verdadero que tenemos es el de nuestros hijos….saludos
21, enero, 2011 at 8:46 am
Hola Joanna:
Estoy de acuerdo con tu comentario. Los mas perjudicados en un dvorcio son los hijos. Están disponibles otros artículos sobre este tema:
Sgundas parejas con hijos (2):
https://aramo.wordpress.com/?p=346
El divorcio y los hijos:
https://aramo.wordpress.com/?p=308
La ruptura familiar:
https://aramo.wordpress.com/?p=1916
Un cordial saludo de
Arturo Ramo
10, agosto, 2011 at 3:17 pm
[…] Segundas parejas con hijos (I), de Lourdes Mantilla Fernández, […]
20, octubre, 2011 at 4:57 pm
Estimado Beto:
No estoy de acuerdo con lo q comenta al final Johanna, los amores verdaderos no solo son de los hijos yo he tenido una familia grandiosa y un abuelo genial (no es padre de mi madre). las relaciones de respeto y amor son importantes pero no puedes centrar tu vida en un hijo pues le enseñas a vivir para tí y esa carga es muy pesada debemos ser personas amadas y enseñar a otros respeto y amor por nosotros mismos nuestra felicidad depende siempre de nosotros eso nos lo enseño mi abuelo y crio a 17 hijos en su casa y solo 2 era de su sangre